Estar
preprados es una tarea que cada uno debe cumplir pues de esto depende el
nacimiento de Jesùs en nuestro corazòn… El vendrà, de hecho viene cada momento,
y la Iglesia, que es Madre, nos facilita la tarea: nos da un tiempo, cada año,
para que lo dediquemos a prepararnos, a abrir el corazón, a pornerlo en orden,
a revisar y avanzar en nuestro camino hacia la santidad…
Yo, este
año, he decidido preguntarle a quienes estuvieron presentes en esa primera
navidad cómo se prepararon, cómo lo vivieron, qué vieron, sintieron, pensaron e
hicieron pues creo que pueden ayudarme en este camino que hoy emprendo,
emprendemos.
Pero por
quién empezar? A quién preguntar? Y como se me hacía difícil la elección,
pregunté a mis hermanas a quién, de todos los personajes de la primera navidad,
elegirían y la respuesta, casi unánima fue: “al pastor” y los motivos fueron
varios:
“Porque
fueron los primeros en creer y visitar a Jesús…”
“Me
parece sencillo, abierto a lo que viniera… era el último de la sociedad”
“Porque
siempre me ha gustado la figura del pastor”
Y como
la verdad no tenía un orden específico pues el Pastor será el personaje que
durante tres días me acompañará. Primero le VERÉ tal y como lo presenta el
Evangelio, luego le HABLARÉ Y LE ESCUCHARÉ para descubrir sus sentimientos y
por último, le IMITARÉ, o mejor, intentaré imitarle para que, como él, también
esté etenta a las manifestaciones de Dios a lo largo de mi vida, de mis días.