domingo, 10 de septiembre de 2006

Despedida Bogotá

“Todo pasa y todo queda pero lo nuestro es pasar…” Con estas palabras quiero dar respuesta a tantos que me han preguntado por qué ahora me voy… y es eso, nuestra vida es pasar haciendo camino. Para algunos el pasar es corto pero para mí ha sido un pasar de años largos en los que aprendí muchas cosas.

Este Colegio me vio crecer pues llegué con apenas 6 o 7 años. Aquí me enseñaron no sólo a leer y a escribir sino a vivir, a entender el mundo, a amar y a arriesgar. Aquí volví ya siendo religiosa y pude verlo desde el otro lado, de otra manera: era, es y será el sitio en el que forjamos ilusiones y, año tras año, construimos historia, construimos Iglesia, construimos patria… es el sitio en el que generación tras generación sale al mundo llena de sueños y esperanzas dispuesta a poner en práctica lo que la Pureza ha dejado sembrado en sus corazones.

Aquí nacieron varias rosas que, como el Prin

cipito, tuve que cuidar y ellas me robaron el corazón porque fueron, son y serán únicas en el mundo:


La pasión por la educación, por estar rodeada de niñas, de su vida, sus risas y sus llantos; sus continuos cuestionamientos y esa “chispa” que le da el toque diferente a cada día y que, de una u otra forma, me enseñaban a mí también… 


  • Foc que será siempre mi “niña bonita” no sólo por que estoy convencida que es la semilla de profundidad, fortaleza, rectitud y santidad sino porque es el fuego que Jesús vino a traer y que desea enormemente que arda y caliente a todos…

  • Danza-Teatro que me permitió de nuevo subir al escenario y, junto a todos los que vibramos con los aplausos y la magia de la escena, llevar no sólo un rato de diversión sino nuestras propias vidas traducidas en deseos de paz, alegría, esperanza...

  • Misiones, un sueño hecho realidad, en donde el amor a mi tierra se agrandó tanto que dejó huella y me permitió vivir las montañas, escuchar los ríos, descubrir las sonrisas y escuchar una y mil veces de boca de muchos jóvenes eso de “SOY MISIONERO Y ME MUERO POR ÉL (por Jesús), POR DECIRLE AL MUNDO ENTERO QUE NOS AMA BIEN”…

Y así hoy puedo decir que todo pasa pero que todo queda porque estamos en las manos del Señor que nos ha acompañado en todo este tiempo y decir también desde el fondo del corazón: GRACIAS a todas mis alumnas, a las de antes y las de ahora… a los Padres de familia que confían en la Pureza… a los profesores con los que he compartido momentos inolvidables, grandes lecciones “de calidad” (pero sobre todo de esa de la que habla la vida) y porque comparto esa “hermosa misión de formar corazones” como diría M. Alberta. Gracias a todo el personal de servicios y mantenimiento que siempre, “detrás de cámaras”, trabajan para que estemos mejor.


Y, por supuesto, GRACIAS A DIOS que me permitió hacer camino al lado de todos ustedes. Que Él y su Madre nos bendigan y nos recuerden hoy y siempre que estamos unidos en PUREZA DE MARÍA.



Hna. Gloria Rubio