Más allá de lo que veo: agosto 2013

En estos días de dolor patrio, quiero hablar de mi país y eso es meterme en un problema grande porque hablar de la tierra en donde uno ha nacido es como intentar decir qué es el amor o a qué sabe la felicidad... No se si comenzar hablando de las playas de arena blanca, de las montañas, de sus cumbres nevadas, de las llanuras interminables, las selvas, la vegetación exótica. De sus zonas arqueológicas, de sus ciudades modernas o de sus pueblos entrañables de sabor colonial que parecen haberse quedado suspendidos en el tiempo. O por el contrario contarles de su gente alegre, sencilla, trabajadora y amable. De los que son indígenas y respetan la tierra como lugar sagrado o de los negros que llevan el ardor africano, o de los blancos descendientes de españoles, pero el tema es obligado... hablaré de y a MIS HERMANOS CAMPESINOS que día a día se dejan la piel en el surco pero te reciben con una sonrisa en sus casas...

Soy hija de Boyacense, soy amante de las montañas y los ríos, conocedora de infinidad de casas de madera y de adobe y en ellas, de historias del alma... Por eso hoy me duele ver, una vez más, estos hombres sufriendo y luchando por algo que le es más suyo que nuestro: la tierra, sus semillas y sus cultivos.

Ruego por ellos, por sus familias por sus cultivos...

Apoyo todo lo que se haga en favor de nuestros campesinos,

desapruebo los intereses partidistas y violentos.

Aliento a los jóvenes para que "ARMEN LÍO", como dice el Papa Francisco, PERO desde la paz, la verdad y las soluciones reales y justas...No se dejen engañar por quienes quieren, con este paro, llevar el agua a su molino y generan violencia que lo único que trae es más llanto y división... ARMEN LÍO y luchen por nuestros campesinos, luchen con la fuerza de la razón, el diálogo y la libertad. Pidamos juntos una justicia social desde dentro, desde nuestras propias casas, trabajos, ciudades. EL MUNDO NECESITA DE UNA REVOLUCIÓN, pero la del amor, la paz, y la justicia.

Que el sagrado Corazón de Jesús, Patrono de la nación y a quien está consagrada Colombia, guié los pasos de los que se encuentran en conflicto, ilumine las mentes de quienes tienen el poder de tomar decisiones, impulse a los jóvenes para trabajar por la justicia y en defensa de los más débiles y que a todos nos haga comprender que sólo cuando el amor de Dios llene nuestros corazones podremos tener una patria justa, digna y estable.

Desde lejos recuerdo, agradezco y apoyo a quienes honradamente construyen la patria y de manera especial a aquellos Campesinos que año tras año nos abrieron y nos abren sus puertas para compartir su sabiduría de la vida: Chinavita, Quirachim. Quinchos, resguardo mochulero, Bancos de Páramo, El Escobal, Rosal, Potreros, Guacamayas, Santa Ana, Zetaquira, Guanatá, Patanoa, Gachantiva...